Experiencias semana del 24 febrero al 28 febrero

Enseñanza de lectoescritura a través del método fonético-gestual

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Durante las prácticas, una de las situaciones que más me ha llamado la atención ha sido la forma de trabajar la lectura y la escritura con una alumna de segundo de primaria con unas características particulares que condicionan directamente su proceso de aprendizaje. Presenta TDA (Trastorno por Déficit de Atención), y no ha hecho Educación Infantil. Este conjunto de circunstancias provoca que su ritmo de aprendizaje sea más lento que el de sus compañeros, y que necesite un seguimiento constante y adaptaciones específicas.

Para trabajar la lectura y la escritura, la maestra de Pedagogía Terapéutica (PT) utiliza un método fonético-gestual, basado en asociar cada letra o fonema con un gesto corporal concreto. Por ejemplo: 

  • El sonido /p/ se representa con una pisada fuerte en el suelo.
  • El sonido /t/ con un golpe de dedos.
  • La /j/ con la mano sobre la garganta, sintiendo la vibración.

Esta forma de trabajar no se centra únicamente en la repetición o memorización, sino en conectar el sonido, la imagen y el movimiento, creando un aprendizaje multisensorial que favorece la memoria y la comprensión.

En estos casos, no solo es necesario adaptar el ritmo, sino también emplear métodos alternativos que combinen diferentes canales de entrada de la información (visual, auditivo y kinestésico). Si bien para una correcta lectura es necesario el buen funcionamiento de la ruta fonológica como de la ruta léxica,  tal como señala Defior (2000), la conciencia fonológica es clave para el aprendizaje inicial de la lectura, y esta se puede trabajar de forma más eficaz a través de un enfoque fonético.

Es importante tener el cuenta las necesidades y dificultades que presenta cada alumno en todo momento, como puede ser en el proceso de aprendizaje de lectura y escritura. Aun así, los avances son muy lentos ya que hay más condicionantes, por lo que hay que tener paciencia e insistir, ya que a la larga, llegará un punto en el que no será necesario esta ayuda gestual.

Desarrollo de la competencia computacional a través del programa CODE

Otra de las experiencias que más ha llamado mi atención durante mis prácticas ha sido la implementación del programa CODE, una iniciativa para trabajar la competencia digital y el pensamiento computacional en alumnado de tercero y cuarto de primaria. Este programa ofrece actividades y retos de programación adaptados a la edad de los estudiantes, con un enfoque muy práctico que permite a los niños y niñas acercarse a conceptos como secuencias, algoritmos o bucles a través de juegos interactivos y entornos visuales. Entre las actividades que se han llevado a cabo, destacan las sesiones de la Hora del Código, donde el alumnado aprende nociones básicas de programación jugando con personajes y escenarios conocidos, como Minecraft o Dance Party.

Video perteneciente a la Universitat Politècnica de València (UPV), en el que se hace una introducción al programa:

Desde el primer momento me llamó la atención la motivación y el interés del alumnado. A pesar de que algunos niños presentaban dificultades iniciales para entender el funcionamiento de ciertos bloques de código, la dinámica de ensayo-error propia del programa les animaba a probar, equivocarse y corregir de forma autónoma. o ayudándose entre ellos. De este modo, se promueve no solo el aprendizaje de conceptos digitales, sino también habilidades transversales como la resolución de problemas y el pensamiento lógico.

Cuando un alumno finaliza uno de los cursos preparados, se les hace entrega de un diploma: 

Fuente: Elaboración propia

De esta experiencia se destaca la importancia de integrar las competencias digitales en el currículo de Primaria, no como un añadido, sino como una herramienta clave para el desarrollo de aprendizajes significativos. Según la UNESCO (2019), la alfabetización digital es una de las competencias clave para el siglo XXI, y debe trabajarse desde edades tempranas para preparar al alumnado para un mundo cada vez más digitalizado.

A nivel metodológico, el uso de entornos gamificados como los que propone el programa CODE también conecta con las teorías constructivistas que defienden que los niños aprenden mejor cuando crean productos significativos, como un pequeño programa o animación, ya que aprender haciendo les permite experimentar, reflexionar y mejorar. Esta forma de trabajar, basada en la exploración activa y el error como parte natural del proceso, encaja perfectamente con el modelo de aula inclusiva y competencial que promueve la LOMLOE (2020).

Lo que más me ha hecho reflexionar de esta experiencia es cómo, a través de herramientas accesibles y atractivas, se puede romper con la idea de que la programación es algo complicado o reservado a expertos. Al ver cómo los niños y niñas, incluso aquellos con dificultades de aprendizaje, se enfrentaban con entusiasmo a retos de lógica y secuenciación, comprendí que el enfoque y los recursos son clave. Si se presentan los contenidos de forma lúdica, visual y manipulativa, es mucho más fácil que el alumnado pierda el miedo y se anime a participar.

Referencias bibliográficas:

  • Defior, S. (2000). Procesos cognitivos y dificultades del aprendizaje. Editorial Síntesis.

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